Toda aventura tiene un punto de inicio, y en este caso creo que (como viene siendo habitual últimamente he tenido suerte) la ciudad de inicio para esta aventura ha sido el correcto. No me gusta atribuir nada a la suerte, pero una vez que pise y recorrí esta ciudad fue lo que pensé. Tras una visita de un par de días, puedo decir que Kuala Lumpur es un lugar ostentoso pero a la vez mantiene el encanto de la gente de un país asiático.
Es un lugar en el que te puedes encontrar las Petronas y a tan solo unos 500 metros un lugar de selva prácticamente sin tocar. Un lugar que empieza a occidentalizarse pero sin llegar a perder su esencia, Una esencia basada en el multiculturalismo, una ciudad tan grande en la que conviven distintas culturas. Y lo bonito de esta ciudad es que, de repente, te encuentras visitando una mezquita musulmana, terminas de recorrer esa calle y te encuentras en la zona india y dos calles más hacia delante te encuentras Chinatown. Una mezcla cultural muy bonita, pero que tristemente me recuerda a una occidental. Además, ahora que lo puedo comparar con la tranquilidad de Bali, me recuerda a la típica gran ciudad, sentirte invisible perdiendo entre sus calles mientras la gente hace su vida diaria en el metro o donde sea.
Pero bueno, sin más dilación paso a hacerte una pequeña guía de supervivencia para la ciudad. La moneda que utilizan es el Ringgit (que a día 8 de octubre 1€ son unos 5 ringgits). En mi caso no tuve problemas para el cambio ya que tengo la tarjeta N26 Black y me permite sacar dinero en cualquier cajero del mundo. En cuanto al transporte desde el aeropuerto tienes dos opciones: el autobús y el tren.
Por mi experiencia recomiendo coger el autobús, ya que siempre es más entretenido y ayuda a mantener un buen presupuesto. Si no recuerdo mal, el precio son 12 ringgits y en, aproximadamente hora, te deja en KL Sentral (dependiendo del tráfico, que esta ciudad es algo infernal). Para cogerlo tienes que bajar hasta la planta -2 y comprar tu billete en una de las taquillas que hay allí situadas. Puntualizar que hay varias (para taxis, etc.) y que tienes que pagar en efectivo, y aquí mi anécdota que me toco volver a la planta de arriba para sacar dinero de un cajero y corriendo cargado porque al autobús no le faltaba mucho para salir. El autobús es de lo más curioso, las cortinas te las podrías encontrar perfectamente en cualquier mezquita árabe y hace un frío increíble porque el imprescindible aire acondicionado esta a tope de potencia.
La otra opción del tren la utilicé para volver, ya que al tener que facturar en un aeropuerto que conocía no me la quise jugar. Cogí el metro desde mi hostal hacia KL Sentral que es donde sale, y por 55 ringgits y 28 minutos de tu tiempo acabaras en KLIA2 (la terminal de donde suelen salir los vuelos internacionales). En este trayecto hice un amigo malasio (el que mejor inglés hablaba, porque el resto es un acento distinto y muchas veces cuesta entenderse). Cómodo y rápido pero más caro, así que la decisión es tuya (para el trayecto ida-vuelta hay un pequeño descuento y se queda en 100 ringgits). Además desde KL Sentral lo puedes combinar con el monorail y los distintos trenes que se mueven por la ciudad, muy recomendables porque son rápidos y nuevos y es sencillo de utlizar: tienen una máquina igual que aquí, introduces tu destino y pagas la cantidad necesaria (creo recordar que no acepta billetes de más de 5 o 10 ringgits) y te dan un token que escaneas para entrar (como si fuera una tarjeta) e introduces a la salida. Por lo que puede comprobar el precio varía en función de cuantas paradas tengas que hacer hasta tu destino final.
El siguiente consejo es sobre cómo cruzar las calles en esta ciudad (porque es de lo más curioso que me encuentre), no esperes que los semáforos se pongan en verde cada x tiempo igual que en nuestros países, de hecho tienen un botón para peatones que no conseguí corroborar que funcionara. El trayecto de la estación de metro al hostal, lo que más tiempo me llevo fueron los 10 minutos de cruzar la calle. Tras mucho tocar botones, esperar y mirar a todas direcciones, decidí que lo mejor era cruzar la calle detrás de un local (y hasta ahora tengo decidido que es la mejor opción).
Otro punto que puede ser un poco polémico es el baño, normalmente en los hoteles, hostales y demás hay papel. Pero como os entré el apretón en un lugar público tenéis que tener en cuenta que en estos países no se utiliza el papel, sino que solo hay un pequeño grifo al lado del WC…
Alojamiento
En mi caso por la ubicación y la relación calidad-precio me decidí alojar en el Resort Hostel in City, ya que dos noches me costaron unos 11€ y la ubicación era inmejorable (a unos 600m de las Petronas). Es algo un poco curioso, necesitas contactar con Whatsapp previamente a tu llegada con la gente que lo lleva porque el sitio en cuestión es una torre con un edificio de oficinas llamado Summer Suites, y los encargados te esperan para entregarte la tarjeta y las llaves de la habitación (que tienes que intentar no perder porque dejas un depósito de 100 ringgits). Una vez aclarado decir que la habitación muy bien, una cama en litera para 10 personas (pero creo que el día que más eramos fuimos 6), tiene una piscina infinita muy curiosa y el sitio cuenta con un par de tiendas justo debajo por si aprieta el hambre o necesitas comprar cualquier cosa. Un buen sitio en el que conocí de casualidad a dos parejas de españoles muy maj@s. Yo hice mi reserva mediante Booking (te incluyo mi código de invitación para que nos den algún descuento a los dos).
Cosas que hacer y visitar
Torre KL (Menara KL)
El cielo de Kuala Lumpur, la ciudad esta a tus pies. Tienes dos opciones para hacer esto: las famosas Torres Petronas y esta torre, la cual además es el edificio donde se gestionan todas las telecomunicaciones de este país. Y, si no recuerdo mal es la sexta torre de estas características más grande del mundo. Si eres de los que prefieres no hacer lo más común te encantará, sobretodo porque al estar ubicada en un pequeño monte tienes una vistas más despejadas que desde las Petronas (y sobretodo compites con menos turistas para hacer la visita). La entrada te cuesta unos 22€ y te da acceso al mirador 360º, otro mirador con anteojos y, en mi caso, además un simulador 3D acojonante (que me pareció de lo mejor, porque salí hasta mareado). Pero se puede pagar por separado solo la visita al mirador por algo menos de dinero, pero al final el pack es la mejor opción calidad-precio.
Y otra de las cosas, para mi gusto de lo mejor, que se puede hacer es disfrutar de un buen trozo de cheesecake de oreo con estas espectaculares vistas. Me costó 5€, pero creo que se pueden pagar muy a gusto (porque esta incluido de mi top personal de cheesecake favoritos del mundo).
Museo de la Comunicación
En este caso fue una visita espontánea a este lugar, ya que tras la Torre KL decidí continuar mi ruta paseando y fue un sitio que llamó la atención y decidí entrar. La verdad que no es una visita de lo más destacable, porque habla de la historia de la telecomunicación en general más que de la propia de la ciudad (que era lo que me atraía). Pero en la zona superior hay una sala con aire acondicionado, unos sofás con tele y unos bonitos iMac con acceso a internet. No esta mal para avisar a familia y amigos de que has llegado bien a la ciudad. Además, se agradece la parada con el calor tropical y la necesidad imperiosa de parar de sudar.
Una de las cosas más impactantes de este paseo, es como pasas de estar en el centro neurálgico de la ciudad lleno de edificios jugando a ver cuál es el más grande a pasar por carreteras llenas de baches y sin aceras con un poquito de selva frondosa de fondo. Lo que te devuelve a la realidad de lo que esperas en un país del sudeste asiático.
Central Market
Uno de los lugares imprescindibles si quieres hacerte con souvenirs y probar cosas nuevas. En mi caso probe un masaje de pies dado por peces y un trozo de tarta de chocolate blanco con nueces de Macadamia.
Qataram Merdeka
El centro de la ciudad. Rodeado de edificios emblemáticos y ves todo tipo de arquitectura, lo que muestra la riqueza cultural de esta ciudad.
En esta zona ya empezo a apretar el hambre, y hay un pequeño centro comercial subterraneo en el que hay un lugar en el que solo encontre comiendo a gente local. Me parecieron muy curiosas algunas cosas como que solo pedían un plato de comida y un te hielo, muchos comían solos en una mesa para siete y cuando terminaban se levantaban de la mesa y se iban sin pararse a recoger. En vez de haber lavabo, algunos pilares tenían una pila con jabón y un grifo para lavarte las manos antes de comer. Una experiencia para pegar un bocado por pocos euros y descubrir algo de la cultura malaya.
Little India
Un lugar muy destacable, en el que te encuentras una imponente mezquita hindú rodeada de stands de productos falsificados. Cada paso que das estás descubriendo algo nuevo.
Chinatown
La zona de las falsificaciones por excelencia. Informándome sobre la zona he leído algo parecido a una leyenda urbana que dice que los comerciantes te dan una bolsa en función del precio que haya pagado tras el regateo, y de esta forma saben si eren una presa fácil o un rival difícil. Yo la verdad que no lo puse en práctica, porque lo malo de viajar con mochila es que el espacio esta muy muy limitado.
En la imagen anterior se ve la entrada a la calle Jalan Petaling, también conocida como Chinatown. Una de las cosas que me traren un mejor recuerdo es que comí en un sitio local en la esquina de la calle que da justo aquí (las cosas de la vida). Y fue un lugar lleno de locales, en el que la gran mayoría de los que se encontraban allí no eran capaces de hablar o entender el inglés. Y, gracias a la bondad de un niño al que parece que caí bien, conseguí comer sin apenas comunicarnos. Me senté en una mesa y vino a atenderme, me hizo entender que él solo servía bebida y, una vez servida, al ver que no me aclaraba para conseguir comida se dirigió a unos de las stands y ya vino otro señor a tomarme nota de lo que quería para comer. El resultad: bueno y baratísimo.
Bekut Bitang
Es la zona financiera de la ciudad, aquí es donde todas las grandes empresas tienen su sede en una gran torre. Si una empresa no tiene torre no es una gran empresa. Mi experiencia en esta zona se basa en tomar una Cerveza en el Tapas (algo cara, pero es difícil degustar una cerveza artesanal en esta ciudad y menos a un buen precio); tras esto paso por la calle principal de esta zona y entre la música a toda pastilla, RR.PP. y carteles luminosos creo que me he trasladado a una ciudad occidental. Tras recorrer una calle repleta de sitios para cenar y, sobretodo, emborracharse; llego a otra en la que me ofrecen un masaje cada 3 pasos y así hasta que consigo llegar a un mercado nocturno.
En este mercado acabe cenando en un stand de comida que vendían en pinchos. Precio razonable y buena calidad.
Tras esto, termino en Pisco Bar tomando unas pintas.
Cosas pendientes
Las cuevas Batur, ya que es uno de lus lugares imprescindibles de esta ciudad.
Tomar una cerveza o cocktail en el Heli Bar, y poder disfrutar de toda la ciudad iluminada.