¿Qué sentiste la primera vez que ibas a ponerte delante de una cámara como protagonista?
Yo iba con decisión y con muchas ganas… Hasta que crucé la puerta de las oficinas de Círculo Rojo.
Era octubre, pero empecé a sudar como en pleno agosto. Las pulsaciones se me dispararon.
Nunca había hecho algo así, y la verdad, nunca me ha gustado ser el centro de atención.
Pero, joder… acababa de dedicar casi tres años de mi vida a escribir un libro.
Así que, como dicen por ahí: tira pa’lante como los de Alicante.
¿Quieres ver el resultado? Aquí tienes mi entrevista con Alberto Cerezuela, director de Círculo Rojo.
¿Cómo te preparaste la entrevista?
La serie de vídeos Todo al Rojo ya llevaba varias ediciones, así que me vi unas cuantas entrevistas en los días previos.
El resultado: cuando me senté en el chéster junto a Alberto, sentí que ya lo conocía. Y eso me ayudó… mucho.
¿Es fácil hablar de un tema tan personal con un desconocido?
Curiosamente, sí.
Hace años me di cuenta de que a veces es más fácil hablar de estas cosas con alguien que no tiene una imagen formada de ti.
Porque cuando alguien te conoce, también tiene expectativas, juicios, una historia contigo.
Y cuando compartes algo íntimo, da miedo que eso cambie cómo te ve.
Es un miedo muy humano: el miedo a ser juzgado. Pero también es lo que más nos bloquea.
Ese día, decidí disfrutar. Porque esa entrevista no era un reto: era un premio. Una forma de celebrar todo lo que había escrito y sanado. La primera oportunidad de enseñar una nueva versión de mí mismo al mundo.
¿La cagaste en la entrevista?
Sí, se me olvidó empezar con un: “Hoy he venido a hablar de mi libro”.
¿Estás dispuesto a dar más entrevistas?
La verdad es que sí.
Todavía me cuesta, y justamente por eso me interesa seguir haciéndolo. Porque todo lo que nos saca de la zona de confort nos ayuda a crecer.
¿Tienes un pódcast, blog, canal o newsletter? ¿O conoces a alguien que podría querer entrevistarme?
Escríbeme: hello@davidgarciacampos.com
Estaré encantado de charlar.
Sobre el libro, sobre el proceso, o sobre la vida misma.