¿Qué pasaría si mañana, de repente, te despiden de tu trabajo o tu pareja decide dejarte? Si ninguno de estos ejemplo, piensa que te sucede cualquier cosa por la que mañana podrías no tener de levantar para hacer tu vida.
Pues espero que cualquier cosa menos venirte abajo y lamentarte. De hecho, hoy os voy a contar la historia de cómo después de que me despidieran de la noche a la mañana hoy, unos dos meses más tarde, estoy cumpliendo los mismos sueños por los que todo esto acabo sucediendo.
Motivo 1. La empresa española no esta modernizada
Hace unos años opté por dedicarme al marketing digital. ¿Por qué? Uno de los principales motivos por los que lo hice fue porque es una profesión que no entiende de oficinas ni barreras, desde Vietnam puedes estar trabajando perfectamente para una empresa de Kuwait. Es decir, es una profesión que tiene la ventaja de que se puede ejecutar desde cualquier lugar del mundo con un ordenador o smartphone y una conexión a internet decente. Algo que hoy en día, por lo que estoy viendo, es posible encontrar casi que en cualquier país del mundo (algo bueno tendría que tener la globalización).
Pues bien, en España parece ser que todavía no lo vemos del mismo modo. Antes de nada dejar claro que hablo desde mi propia experiencia, así que tengo claro que es posible que mucho de vosotros no lo compartáis. Por lo que he podido observar parece ser que gran parte de las empresas y responsables de las mismas se empeñan en encadenarnos a una jornada laboral de 8 horas en una oficina. Cuando en este sector eso es un atraso.
En primer lugar, mi opinión acerca de la jornada de 8 horas: hay días en los que podrías sacar todo el trabajo en menos tiempo, lo que te obliga a perder el resto del tiempo. Especialmente si para hacer algo dependes de que un proveedor o cliente te envíen un material o te den feedback sobre alguna acción. En segundo lugar, mi opinión acerca de la necesidad de realizar la totalidad del trabajo en una oficina: estoy de acuerdo en que es necesario reunirse en cierto momentos para comentar cosas en persona, pero una vez que los trabajadores estamos fuera de la oficina, ¿el mundo se detiene? Cierto es que hoy en día se pueden programar cosa, ¿pero no es cierto también que los sucesos de última también perderían su frescura? Uno de los mejores ejemplos de aprovechar la novedad para hacer publicidad fue Oreo en la SuperBowl de 2013. Hubo un apagón y en cuestión de minutos apareció esta creatividad.
Ingenioso, ¿verdad?
Con todo esto os quiero preguntar: ¿no puede ser que estemos perdiendo oportunidades por no hacer cosas en remoto fuera del horario laboral? ¿Si nuestra mentalidad va por detrás, podremos adelantar a aquellos que tienen una mentalidad más avanzada?
Motivo 2. Nunca dejes de soñar
En mi caso, y pasando al segundo motivo, llevo soñando desde hace mucho tiempo, todo empezó que un día imaginé que si creaba un personaje y me dedicaba a ser gracioso acabaría pasando una semana bebiendo Ron Barceló en Punta Cana, y así nació David Barcelover. Simplemente sueño con hacer cosas y trato de buscar los medios para hacerlas posible.
En este caso mi sueño era cumplir los 30 viajando con una mochila en la espalda mientras me dedicaba a trabajar como freelance de manera remota y me podía dedicar a hacer voluntariados con fines nobles. ¿Tiene algo de malo?
Pues bien, después de un año trabajando en mi empresa se me ocurrió comentar esto con mi jefe fuera del entorno laboral y, ¿os imagináis cual fue la reacción? Un despido improcedente dos días después. Así que amigos y amigas: ¡no os fiéis ni de vuestra sombra!
Básicamente no le culpo de nada, es más, le agradezco que cortara de raíz que siguiera dedicando mi tiempo en un lugar en el que no se contribuyera de ninguna manera a cumplir mis sueños. Así que, básicamente, tocaba tomar una decisión que me sirviera para seguir cumpliendo mis sueños y seguir convirtiéndome en la persona feliz que quiero llegar a ser.
Y, así, es como he acabado en una isla en Filipinas paseando y dando cariño a perros y gatos como voluntario. 0€ de remuneración mensual, pero un sentimiento de paz y una felicidad que son impagables. Posiblemente ni trabajando 1.000 años pudiera llegar a conseguirlos…
Así que os pongo un ejemplo muy práctico, cuando te despiden de un trabajo te cierran una puerta que da a cuatro paredes pero justo al otro lado de esa puerta hay un mundo entero de posibilidades.
Si algo malo se pone por delante de ti, ¡ya sabes! ¡Dale viento!